La Fiesta del Corpus Christi, también conocida como la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, celebrada este año el 19 de junio, celebra la institución de la Eucaristía. La procesión de Corpus Christi es una tradición centenaria de la fe católica en una procession publica de la Presencia Real de Jesús, la Eucaristía.
Dijo, El Papa Emérito Benedicto XVI calificó la fiesta y la procesión del Corpus Christi como oportunidades importantes para que los católicos reafirmen su fe en la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía. “Con la conciencia de ser inadecuados por nuestros pecados, pero necesitados de ser alimentados por el amor que el Señor nos ofrece en el sacramento eucarístico… Renovamos nuestra fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía”.
En su encíclica de 2003 sobre la Eucaristía, “Ecclesia de Eucharistia”, el Papa San Juan Pablo II escribió que “el culto de la Eucaristía fuera de la Misa tiene un valor inestimable para la vida de la Iglesia. Este culto está estrictamente ligado a la celebración del Sacrificio Eucarístico. La presencia de Cristo bajo las sagradas especies reservadas después de la Misa —presencia que dura mientras subsisten las especies del pan y del vino— deriva de la celebración del sacrificio y se dirige a la comunión, tanto sacramental como espiritual”.
La procesión del Corpus Christi no es un caminar hacia el Señor, hacia la celebración eucarística; es un andar con el Señor; es en sí mismo un elemento de la celebración eucarística, una dimensión del acontecimiento eucarístico. El Señor, que se ha convertido en nuestro pan, nos muestra el camino. Él es, de hecho, nuestro camino. Él nos guía.