Si lo haces sólo porque nadie más lo puede hacer, entonces es un TRABAJO. Pero, si lo haces porque estás sirviendo a Dios, es un MINISTERIO.
Si dejas de hacerlo porque alguien te criticó, entonces sólo era un TRABAJO. Pero si continúas sirviendo, sin importar los retos, entonces es un MINISTERIO.
Si lo haces sólo cuando no interfiera con tus otras actividades, es un TRABAJO. Pero si te comprometes y dejas otras cosas para hacerlo, entonces es un MINISTERIO.
Es difícil emocionarse con un TRABAJO. Es casi imposible no estar emocionado con un MINISTERIO.
Si lo que te preocupa es éxito, entonces eso es un TRABAJO. Si lo que te preocupa es ser fiel, etonces eso es un MINISTERIO.
Una iglesia con expectativas bajas está llena de gente haciendo un TRABAJO. Una iglesia con altas expectativas y alegre está llena de gente involucrada en un MINISTERIO.
Si Dios te llama a estar en algún MINISTERIO, no lo trates como un TRABAJO. Y si tienes un TRABAJO, encuentra un MINISTERIO. Dios no quiere que nos sintamos que estamos en un TRABAJO, pero quiere que estemos alegres y motivados en un MINISTERIO.
Del Arzobispo Nicholas Chia: "Pray the Daily Rosary"