LA PEREGRINACION
Una cosa le pido al Señor, otra cosa busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, disfrutar de la dulzura del Señor, buscar su templo. (Salmos 27: 4)
Emprender un camino santo…esta es la esperanza de cada uno en peregrinación. Escuchar repentinamente la llamada y buscar los destinos en los que aprovechar esa agua que Jesús le mencionó al samaritano, el agua que viene para restaurar la pureza y toda la dignidad regia de ser hijos de Dios. Participamos en una peregrinación para recuperar la Belleza perdida, iluminar nuestra existencia y ajustarla, todo según las enseñanzas de Jesús.
Una peregrinación no es simplemente un “viaje”, sino un itinerario hacia destinos religiosos que también son importantes y significativos. El viaje recorre una distancia geográfica, llevándonos a recorrer nuestro planeta, admirando la naturaleza, el trabajo del hombre, los signos que hablan de su búsqueda de Dios y de las civilizaciones de muchas personas. La peregrinación es una experiencia espiritual, por tanto, encaminada a permitirnos completar un viaje interior, invitándonos profundamente, porque la geografía y la historia de los lugares santos unen el corazón y el alma de quien viaja, enriqueciéndolo espiritual y humanamente.
Una peregrinación es, por tanto, una metáfora de la vida: el cansancio de viajar, la relajación de llegar, la curiosidad de la exploración, el entusiasmo de partir, todo tiene que ver con el compromiso y -por qué no- el sacrificio, pero también con el deseo. por un lugar estable, una plenitud de vida y paz.
Nuestro papel como Iglesia, como comunidad en Cristo, nos empuja a difundir estas propuestas cristianas. Todo esto también ocurre materialmente al decidir ponerse en el camino de Dios. Nosotros, junto con toda la Iglesia, estamos llamados a difundir la “Buena Palabra” del Hijo de Dios. Toda peregrinación quiere ser un itinerario del Espíritu. Cada peregrinaje es una oportunidad para vivir una experiencia, un viaje interior que responde a la búsqueda de sentido en todos nuestros corazones.
El primer paso de la experiencia de la peregrinación es la decisión de partir, una verdadera inspiración del corazón, pero también una vocación, una llamada, o más bien una "con-vocación", una invitación a formar parte de la humanidad peregrina, que ha siempre emprende el camino hacia las tierras santas elegidas. Junto a la decisión viene la espera y la expectativa "todo peregrino que ha decidido partir no puede esperar para emprender el camino, llegar al destino, contemplar, escuchar, descansar física y espiritualmente. En cierto sentido, el Los artículos que un peregrino empaca revelan el tipo de experiencia que desea tener! El equipaje de un peregrino debe contener lo esencial, ser sobrio, apropiado e incluir los artículos necesarios para lavarse y vestirse, pero también los que ayudan a aprender y orar.